¿CUÁL ES EL NÚMERO DE TELÉFONO?. Por Miguel-A. Cibrián, paciente de Ataxia de Friedreich

La noche del sábado Pepe conoció en la barra de la discoteca a una chica sumamente atractiva. Era la primera vez que la había visto entre los clientes de aquel local. El flechazo, tras el encuentro, fue mutuo: Pronto intimaron y bailaron juntos, muy acaramelados, durante más de dos horas. Lola, que así se llamaba, le confesó vivir en el otro extremo de la ciudad y, por ello, era la primera vez que venía a esa discoteca. Añadió que no tenía automóvil y había venido con una pareja de compañeros de trabajo.

- Tengo que irme -dijo Lola de pronto, al tiempo que estampaba a Pepe un fugaz beso de despedida en la boca-. Mis amigos me están haciendo señas de que ya es hora de irse.

- ¿Te-te-te vas ya? -tartamudeó Pepe aturdido por el repentino beso-. ¿Vendrás la próxima semana?.

- No creo. No tengo coche. Y a estas horas, casi de la madrugada, sería imposible regresar a mi domicilio en transportes públicos. ¡Pero si fueras a buscarme...! -insinuó.

- ¿Por qué no me das tu teléfono?. Llamo, y quedamos...

Lola se sentó a una mesa, buscó en su bolso papel y un bolígrafo y escribió una nota. Luego se la introdujo a Pepe en el bolsillo delantero de la camisa y, tras un último beso, desapareció en compañía de sus amigos.

Cuando ella ya se había ido, Pepe revisó la nota. Se sintió muy decepcionado por creerla una tomadura de pelo. Hizo un rebujo con el papel y a punto estuvo de arrojarlo al suelo. En una indecisión lo introdujo, arrugado, otra vez en el bolsillo de la camisa. No sabría definir muy bien si lo guardó de nuevo por un impulso o por la educación de ser consciente del deber de arrojar los papeles de desperdicio a una papelera.

La nota decía: "Mi número telefónico consta de nueve cifras. El valor de las tres primeras es el doble que el de las tres últimas. La cifra del cuarto lugar es mayor que la del sexto. La quinta es el único cero que existe. La séptima y la octava son los únicos números que hay iguales. La última cifra es un 7. Entre todas las cifras suman 29. Las dos primeras cifras indican la hora nocturna a partir de la cual estoy en casa. LLÁMAME".

Durante toda la semana Pepe no pudo quitarse aquella chica de la cabeza, pero ni por una sola vez concedió ningún valor a aquel papelito. Recuperarlo le hubiera parecido imposible, pues su madre habría metido la camisa a la lavadora el lunes. Por fin, el jueves se decidió a preguntarle.

- ¿Preguntas por un papel chiquito que había arrugado en bolsillo de la camisa? -respondió su madre-. Está entre la ventana y la contraventana del cuarto de baño.

¿Podías ayudar a Pepe a descifrar la nota?.

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