820- POEMA DE AMOR DE UN ATÁXICO.
Por Miguel-A. Cibrián, paciente de Ataxia de Friedreich.

Si quieres que cante, canto.
Si quieres que vuele, vuelo.
Lo primero está en mi mano,
lo segundo, no lo creo.
Mas, como no hay imposibles
en el mundo de los sueños,
para que tú sonrieses,
sería capaz de hacerlo...

Mírame, ya tengo alas.
¿No lo ves como me elevo?.
Cierra los ojos si no,
notarás que puedes verlo:
como asciendo por las nubes
y llego hasta el firmamento.
Me he sentado en las estrellas,
y allí sentado te espero...

¿Te atreves? ¿Quieres volar?.
Ven, vuela, no tengas miedo.
¿Acaso no ves tus alas?.
Vuela, y ven a mi encuentro.
Aunque me veas muy alto
y la tierra quede lejos,
recuerda: no hay imposibles
en el mundo de los sueños...

Aquí no existen barreras,
porque vuela el pensamiento,
ni nos hace falta silla
para llevar nuestros cuerpos.
No podemos caminar,
pero volar sí podemos,
porque nunca hay imposibles
en el mundo de los sueños...

Y sentirás que aquí arriba,
a la luz de los luceros,
no existen las distancias,
ni siquiera cuenta el tiempo.
Escucharás una música
tan leve como un silencio,
como si el cielo quisiera
poner armonía en esto...

Con música, dos palabras
repetidas como el eco,
bajitas como un susurro,
como se cuenta un secreto.
Escucha, ¿no ves?, ¿las oyes?,
expresan mi sentimiento...
- ¿Las palabras? No las digo.
Adivina cuales fueron...

Si dudas al despertar,
y crees que no fue cierto.
que no estuviste allá arriba,
ni las alas existieron,
que no puede ser posible
que suceda algo tan bello,
recuerda: no hay imposibles
en el mundo de los sueños...

Y si quieres comprobar
que algo quedó de ello,
vuelve entonces a mi carta,
he olvidado adrede un beso,
perdido entre mis palabras,
está oculto entre mis versos.

Dime, ¿lo ves?, ¿lo aceptas?
Sólo has de recogerlo...
El dejará en tu mejilla
lo que te dije en el cielo.
Lleva las mismas palabras
dichas en aquel momento.
Con un lenguaje distinto,
las repetirá de nuevo.
Él te dirá con dulzura:
te quiero, &&&&&, te quiero...

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