Negros nubarrones en el horizonte.

Por Miguel-A. Cibrián, paciente de Ataxia de Friedreich.

Sumario: 21- ¿En bromas... o en serio?. 22- El búnker de la Moncloa. 23- Ruanda y Burndi. 24- Un cachete a tiempo. 25- Reincidencia.



21- ¿EN BROMAS... O EN SERIO...?

(Publicado en la revista Regañón en el número de Enero de 1997).

A cada uno le claman sus cosas. Como en mi vida he sido agricultor, cuando en el periódico hallo, sobre el campo, una entrevista a un alto cargo del Ministerio de Agricultura, me dejo llevar por la pasión y me apresto a leerlo con interés. Tras la lectura, al final siempre ocurre lo mismo: me entra un cabreo fenomenal, porque dicha personalidad ha seguido la táctica política de no decir nada tirando muchas palabras:

"Es necesaria la búsqueda de producciones alternativas a los cultivos tradicionales", dice. ¿Pero quién ha de realizar la búsqueda? ¿Pero cuáles son esas producciones alternativas? ¿Pero dónde puede existir un mercado suficiente para recoger con un mínimo de garantías esas hipotéticas producciones? ¿Qué demonios puede pasar cuando a todos les dé por cultivar un determinado producto alternativo...?

"Es necesaria la mejora de las infraestructuras rurales", añade. ¿Pero de quién es esa labor? ¡Eso, eso, queremos la autovía León-Burgos paralela al camino de Santiago, el pantano del Odra, el puente de Melgar de Fernamental sobre el Pisuerga, el acondicionamiento de nuestra red carreteras, el asfaltado de los caminos rurales, el ferrocarril Castrojeriz-Melgar-Villadiego-Humada... una Universidad y un aeropuerto de primera clase para nuestra comarca, y un polo de desarrollo industrial (por pedir que no falte), y la instalación de las "teles" privadas que en algunos Ayuntamientos y en las Entidades Menores aún no vemos!.

"Conservación del medio ambiente y aprovechamiento del turismo ecológico", comenta. ¡Eso, eso, queremos que cada cual se guarde su mierda y que no nos contaminen! ¿Pero quién va a hacer turismo a 5 kilómetros de un vertedero de lodos y a 10 de un posible cementerio nuclear...?.

"Modernización del medio rural", asiente.

¡Que me lo explique! ¿Será esa modernización poner discotecas gratis para los mayores porque aquí jóvenes ya no quedan...? Modernícese "abuelete" y ¡hala! a mover el esqueleto a la discoteca, que lo manda el Ministerio. ¡Anda ya!.

Según un refrán castellano "quien ha sido cocinero antes que fraile, sabe lo que hay en la cocina". En efecto, así es. El refranero es sabio. Sin embargo, en política suelen hacer caso omiso de lo dicho en el refrán y hacen frailes que no han visto en su vida el color de los pucheros. Y como vamos de humor, nos daremos un paseo por los chistes:

Según cuenta un chascarrillo muy viejo, un pastor estaba cuidando de sus ovejas a la orilla de una autopista. Enrollado con los devenires de su rebaño, estaba ajeno al intenso y ruidoso tráfico de la vía situada a sus espaldas. En cierto momento, se detuvo en el arcén un elegante cochazo de 6 metros de longitud. Se apeó de él un conductor vestido de uniforme y abrió la puerta para que descendiera un señorito encorbatado, con gafas de intelectual y pipa al estilo SerlocK Holmes.

- Oiga buen hombre -requirió el recién llegado al pastor-, ¿podría decirme si es usted asalariado?, ¿o, por el contrario, es usted autónomo?

- ¡Anda, la leche! ¿Y eso qué es...?.

- Nada, nada, son datos para las estadísticas. Me refería en mi pregunta a si las ovejas pertenecen a un amo, o son suyas todas.

- ¡Hombre... mías.. mías...! Algunas son todavía del Banco. Aún me queda una letra de por pagar. De las restantes, la mitad, ¿sabe usted?, son de la parienta y el resto sí son mías.

- ¿Me daría usted una, a elegir, si le acierto, a ojo de buen cubero, el número exacto de ovejas que tiene...?.

- Sí señor, la que usted quiera. Pero lleva las de perder, le advierto que adivinar eso es muy difícil de calcular. Acertar a la primera, es un churro. Eso no lo calcularía ni yo que las conozco a todas.

- Tiene usted 299 -respondió el señorito después de pasar unos momentos cavilando y ojeando el rebaño.

- ¡Rediez! ¡Que tío! ¡Ha acertado!. Ya es casualidad, anteayer tenía 300 justas, pero la pobre Cornita pasó a mejor vida. Bueno, la palabra es la palabra. Lo que dice el Mateo va a misa. ¿Cuál es la elegida? Dígalo, y será suya.

- Esa negra, la de la derecha, la de la orilla de la carretera.

- ¡Y parecía bobo el tío! Usted va a lo práctico: Esa vale como entre diez... Ahora me dará usted la revancha, ¿no...? ¿Me la devolvería si le acierto a la primera quién es usted...?.

- De acuerdo -respondió al instante-, le concedo esa oportunidad, tiene usted todo el derecho a intentar recuperarla.

- Usted es el Ministro de Agricultura -dijo el pastor después de quitarse la boina y rascarse un par de veces la cabeza a modo de estar cavilando.

- Eso no vale -protestó el señorito al momento-, eso era muy fácil de acertar: lo dice bien claro el letrero del coche.

- ¡Ay, qué joderse! -respondió el pastor-, si yo no sé leer. Simplemente lo decía porque usted sabrá mucho de números, pero no tiene ni puta idea de agricultura ni, mucho menos, de ovejas. ¿Sabe usted?, ¡había elegido la perra...!.



22- EL BÚNKER DE LA MONCLOA

(Publicado en la revista regañón en el número de Enero de 1995).

Soy bastante paleto. Con este adjetivo, significando hombre rústico (de campo), y sin darle un sentido peyorativo, únicamente quiero decir que estoy falto de ilustración. Las culpables de esta carencia fueron, unas veces la imposibilidad por distintos motivos de realizar unos estudios, y otras, la ausencia de ansias de saber, o incluso el hecho de conceder prioridades de espacio en mi cabeza a cuestiones de menor relevancia social, pero no por ello menos importantes.

¿Qué es un búnker...? ¡Y yo qué sé...! Siempre me he preocupado más que de saber qué era un búnker u otras zarandajas, por la parpaja del trigo o la mamitis de mi vaca Manuela. Pero, ahí quería yo llegar, a un búnker. Por primera vez, yo conocí la existencia de este artilugio bélico en la llamada guerra del Golfo: un "golfo" llamado Shadam Husein. O sea, me refiero en mis letras a la madre de las batallas. A propósito, ahora que los políticos nos hablan una y otra vez, sin saber cuáles son, de actividades alternativas a la agricultura, ¿qué tal sería producir batallas? Es cuestión de buscar la madre ideal y esperar al parto. ¡Eso hacía yo con mis vacas!

Ahora los búnkers, o búnkeres (no sé cómo es el plural, pues la palabra no es original del castellano), vuelven a estar de actualidad con la salida a escena del búnker de la Moncloa. ¿Pero que es un búnker? ¡Ahora sí lo sé! Es un refugio antibombas y antiatómico para tiempos de guerra. Para ser más claro, es algo así como una trinchera, pero con aire acondicionado y toda clase de comodidades, a estilo palacio subterráneo. ¿Para qué querrán un búnker en la Moncloa si no estamos en guerra ni tenemos ánimo de hacerla? ¿Qué utilidad tendrá? ¿Será por si las moscas...?.

Me lleno de contrariedades intentando buscar en España la utilidad de un búnker. Por un lado, en caso de guerra parece buena medida para los dirigentes. Es una ventaja para ellos poder dirigir la contienda sin riesgo para sus personas. Por otro lado, todo búnker me parece una cosa contraria a la paz. ¡Pobre palomita! Debieran estar prohibidos esos chismes en no sé qué Carta de Derechos de la ONU. Me explico: Yo no he visto en mi vida -quiera Dios que no las vea- más guerras que las películas de indios. En ellas el jefe siempre saca el primer el pecho. Y en el desenlace de la película, muerto el jefe, se acabó la batalla. Visto así, ¡sobra la construcción de un búnker! Si por casualidad hubiera guerra, y queremos la paz -y hay que quererla- en vez de atrincherarse en el búnker, el dirigente habría de caer el primero para evitar más muertos.

Estaba leyendo el periódico sin tener en el olvido completo estas reflexiones aquí contadas, cuando comprendí mejor la utilidad del dichoso búnker. En las páginas del diario, unos científicos americanos pronosticaban para antes del año 2025 una intensa lluvia de meteoritos que en su precipitación hacia la tierra aniquilarían parte de la población mundial. ¿Serán solamente agoreros charlatanes, o será verdad cuanto dicen? ¿Será alguna operación de marketing para vender plazas en alguna hipotética estación planetaria de Marte? Conmigo que no cuenten: ¡no tengo un duro!.

Por si fuera cierta esta apocalíptica predicción, como ni siquiera se trata de una emergencia de guerra y como todos los españoles somos iguales ante la ley -eso dice la Constitución, ¿será verdad...?- ¿por qué no se sortean entre todos los ciudadanos de la nación las plazas del famoso búnker de la Moncloa en prevención de esa lluvia de meteoritos? El refugio lo hemos pagado entre todos, y todos tenemos derecho, ¿o no? Sería absurdo que los mandamases se refugiasen en el búnker, y tras la lluvia de meteoritos, saliesen a la superficie y no hallasen vivo a quien mandar. Lo iban a tener crudo (pasarlas canutas decimos nosotros los de los pueblos): No saben siquiera en que mes se siembran las alubias, sólo las han visto en la cazuela.



23- RUANDA Y BURUNDI

Este texto fue publicado en Diario de Burgos, 26/4/1995.

Hoy, 6 de abril, hace exactamente un año, algunos nos enteramos de dónde estaba situada Ruanda. Graves noticias pusieron al país de plena actualidad. Y tuvimos la curiosidad de mirar un atlas para comprobar que este lugar está perdido casi en el centro del Continente Africano. Luego, a través de la prensa y de la televisión, nos hemos enterado de lamentables hechos. Una historia de dos razas (hutus y tutsis) que se odian a muerte. Una guerra, de las de antaño, a golpe de machete y de bayoneta. Despojos humanos por todas partes. Unos ríos que arrastraban cadáveres como los nuestros las hojas secas. Infinidad de niños huérfanos y marcados por las violentas escenas presenciadas. Éxodos masivos. Campos de refugiados. Sangre. Hambre. Enfermedades. Cerca de un millón de seres humanos muertos. En fin, una situación angustiosa.

Pero, mi intención no era solamente relatar las desgracias de Ruanda. No tendría sentido. Está relatado miles de veces y con mayor precisión. Quería comentar las impresiones de quienes, sin ser del país, vivieron más de cerca este desagradable conflicto. Son los pertenecientes a ciertas Ordenes Religiosas (misioneros y misioneras) y los componentes de varias ONGs. Cuanto advirtieron en aquellos momentos estas personas se ha echado en el olvido con una facilidad pasmosa. Sí, les concedieron algunos premios. Pero, nadie sabe si la concesión de estos galardones fue un gesto sincero o se trataba de una treta para salir en las fotos. En su momento, ellos denunciaron la impasividad de la Comunidad Internacional ante cuanto ocurría y podía ocurrir: "La tragedia de Ruanda pudo haberse evitado si se hubiera actuado a tiempo", fueron sus palabras.

"La historia se repite", eso decimos nosotros en los países desarrollados. No sé de quién es esa frase tan cierta. Pero, esto no es una simple repetición. Es un calco exacto. También la población de Burundi, país vecino de Ruanda, está compuesta por hutus y tutsis. Ya han comenzado sus luchas entre ellos. También esto estaba pronosticado por esas personas altruistas que desde la religión o desde su humanidad sirven al hombre allí donde son necesitados.

¿Qué pasará ahora...? ¿También se actuará tarde...? ¿Algún día se dirá lo mismo dicho en el caso de Ruanda: "La tragedia de Burundi se pudo haber evitado si la Comunidad Internacional hubiese actuado a tiempo"? ¿De qué sirve la ONU...? ¿Palabrería...? ¿O es que como afirma el dicho: las cosas de palacio (despacho) van despacio...? Pero, ¿tan despacio que no llegan a tiempo...? ¿Tropezaremos en la misma piedra...?.



24- UN CACHETE A TIEMPO

Hemos pasado en corto espacio de tiempo de la época de los cachetes a un periodo de permisividad excesiva. Malos son los dos extremos. Los extremos nunca suelen ser buenos, pero el actual es peor. Generalmente, un extremo es devorado por el triunfo del opuesto. Casi siempre, andamos dando bandazos de una punta a otra. La prueba del cambio educativo es que, si alguna vez reprendo de palabra a mis sobrinos, vienen mis hermanas y desatan contra mí todas las borrascas y tormentas de la atmósfera. Y lo peor, nadie crea que es una circunstancia particular mía, es algo general. En mi caso, esta situación no me gusta, ni por los sobrinos, ni por mí. Es poco educativo contradecir mis palabras ante el niño. Y las desdicen porque sí, porque creen erróneamente que así quieren más a su pequeño. ¡Qué barbaridad! En mis tiempos de infancia, te hubieran dado los padres un cachete, añadiendo un: "¡bien se te está!" por decir, me pegó mi tío.

Cuando era escolar, "in illo tempore", siempre andaba lista la regla, para pegar, no para medir. "La letra con sangre entra" era la máxima vigente en las escuelas por entonces. Y si alguien tenía la osadía de decirle en casa su padre que le había pegado el maestro en la escuela, ¡zas!, dos nuevos soplamocos, con el consabido: "¡así espabilas!", habrían rematado la faena para disuadirle de que a otra vez no se anduviera exponiendo quejas.

Entre lamentos, me contaba un compañero de estudios, dedicado a la noble profesión de educar una anécdota: Un día en clase una niña no paraba de conversar con una compañera de pupitre.

"- ¡Vamos, niña, a ver si nos callamos! -le dije enfadado.

Volví desde la pizarra donde estaba escribiendo y me di cuenta de que me estaba sacando la lengua.

- ¿Qué podía hacer en ese instante? -me preguntó a mí.

- Lo mejor en esos trances es hacer como si no lo hubiera visto -contestó ante mi silencio-. No hay más alternativa. Si la reprendieras, te haría burla a la cara, sin esconderse. Y si siguieras reprendiendo, hasta vendrían los padres a hablar con el Director y te abrirían un expediente para intentar expulsarte del colegio con pretextos de malos tratos".

Ha cambiado la educación y con ella, y no para bien, los valores, las pautas de conducta y el modo de entender la vida. Sobrarán malos tratos, cuando existan, y faltaran correcciones con hechas con amor.

Ni en mi familia ni en la escuela recibí un castigo excesivo. Solamente, algún cachete, algún reproche y algún reglazo fueron mis correcciones de la infancia. ¿La razón de tal privilegio? Fui tímido, seguramente acomplejado porque la enfermedad me hacía diferente de los otros niños, y la timidez se convierte en docilidad. Algún compañero travieso, he de advertir que travieso no es lo mismo que malo, casi no se pudo despegar la regla de encima en el período escolar. Soy consciente de que esta dura formación, tanto escolar como paternal, no es nada buena. Pues los continuos golpes pueden terminar idiotizando a las personas. Pero... hasta me atrevo a afirmar, insisto, que la forma actual de educar, en familia y en colegio, hoy es muchísimo peor. Hasta diría que algunas personas sufrirán en el periodo adulto de una ausencia de educación. Hoy se da todo hecho. Se cree que dar comodidad es dar amor. Al contrario. La ilusión y el coraje por vivir nacen en los obstáculos y sacrificios cotidianos. Tal vez la desilusión, el pasotismo y hasta la drogadicción vengan en parte por dar todo hecho al niño. De no haberle enseñado a tiempo que la vida es una lucha continua y que las dificultades sirven para salir de ellas fortalecido.

La formación del pasado, aunque dura, no fue mala, en absoluto. Me explico: La clave para entenderla es el amor. Sólo desde el amor, se puede reprender o castigar, aunque sea con dureza. Sólo desde el amor, quien castiga o quien reprende, tiene derecho a equivocarse. Sólo desde el amor, se pueden disculpar con facilidad las faltas y errores en el modo. Sólo desde el amor, se puede educar, el cómo se hace, entonces no importa tanto. Hay un dicho en nuestra lengua que define muy bien la educación del pasado. Hoy, por desgracia, no se le concede validez, pero no por ello deja de ser verdadero: "Quien bien te quiere, te hará llorar".

Aquello ya pasó. Ahora estamos en una era más permisiva. Bien, pero, ¡cuidado no hay que pasarse!.

Voy a plantear un relato análogo a la bella parábola del hijo pródigo. Nadie se alarme, no es no es una fábula religiosa ni tiene pretensiones religiosas. Nadie pretenda que aquí la palabra padre figure con mayúscula, pues no va referida a Dios. La narración se basa en la parábola, pero es una historia diferente. Partimos del relato auténtico. El padre, lleno de amor, esperó a su hijo. No le hizo ni un solo reproche. ¡Magnífico! Pero, no nos damos cuenta que la corrección era innecesaria por existir una actitud superhumilde del hijo. Yo creo que de no haber existido esa postura sincera y sumisa, en la parábola sí habría existido amonestación, dulce, pero al fin y al cabo reproche. El colmo de mi historia, por añadir algo, hubiese sido que el padre le hubiera dado dinero diciendo: "¡Hijo mío, toma 5.000 pesetas y córrete otra juerguecita!".

¿Le hubiera amado más con esa postura? De mi descripción con el fondo de la parábola sólo quiero significar que lo importante es el amor, y en él todo tiene sentido. ¿Es posible que el mismo amor ya sea un poco de corrección?.

"Educar no es otra cosa que el arte de atraer y conducir a los niños hacia la razón recta y hacia todo aquello que fue manifestado por los ancianos más sabios y mejores", dice Platón. Están muy claras las palabras de Platón: atraer y conducir a los niños hacia la razón recta, y añade, y hacia todo aquello que fue manifestado por...

La educación falla en la actualidad, basta mirar a la delincuencia y a la droga. No verlo, es de ciegos. No culpo a éste, ni a aquél. ¿Tal vez, hayamos perdido el sentido de cuál es la razón recta? ¿Tal vez, esos ancianos y sabios aludidos por Platón se pueda traducir por personas adultas, y los adultos ya no tenemos autoridad para educar, porque no servimos de ejemplo? "Más grandes hombres formó Sócrates con sus costumbres que con sus lecciones", afirmó Séneca.

¿Tal vez, no sepamos ya siquiera lo que es el amor? ¿Tal vez, nos sería conveniente tener presente que no amamos más por conceder más? ¿Tal vez, nos convendría aprender y luego enseñar, que la libertad conlleva responsabilidad, y si no sólo conduce al desenfreno?.

De pequeños todos nos quejamos del trato recibido. Y, sin embargo, no conozco a un sólo mayor que se queje de los reproches recibidos en la infancia. En todo caso, tal vez podríamos decir que nos falto alguna amonestación a tiempo. De todas formas, bueno es recordar que "en la medida está la virtud".



25- REINCIDENCIA

"Funcionarios de la Brigada de Seguridad Ciudadana detuvieron a J.C.M.C, de 28 años de edad, y a A.O.P, de 25 años, con cuatro y veinte antecedentes, respectivamente, como presuntos autores de un robo en una panadería sita en la avenida Reyes Católicos, informó el Gobierno Civil". Esta noticia está sacada de la página de sucesos de Diario de Burgos, el miércoles 18 de agosto de 1993. El medio periodístico de donde se ha extraído el suceso es lo de menos. Noticias similares en contenido a la apuntada, se pueden hallar cualquier día, y en cualquier periódico provincial o nacional.

Ante esta noticia, uno, que es preguntón, se hace un par de preguntas que le surgen de una manera inevitable: ¿Cómo puede estar por la calle el joven A.O.P. de 25 años con veinte antecedentes? ¿Se puede esperar otra cosa de él distinta a la reincidencia en el delito?.

Comenzaré a responderme por el final. Mi respuesta a la segunda pregunta es negativa, no, no se puede esperar otra cosa. En cuanto a la primera cuestión, el hecho me parece inexplicable por más vueltas que lo dé. Buscar contestación a esa pregunta me lleva a un nuevo interrogante: Para estar fichado por la Policía tantas veces, ¿cuántos delitos habrá cometido sin que los asocien a su persona? Es verdad, me afirmo, lo que se dice en tono de chiste al respecto de las Comisarías de Policía: "Los ladrones entran por una puerta y salen por la otra". Únicamente les colocan un número más en sus antecedentes. Diezynueve, veinte. ¡Qué más da! Y claro, los ciudadanos se preguntan: ¿Denuncias? ¿Para qué?.

No tengo categoría suficiente para hablar con el Comisario Jefe de la provincia. Pero, si tuviera oportunidad y me permitiera trasladarle mis tres interrogantes anotados en este mismo texto con anterioridad, me contestaría, pienso yo, pues juego a adivinar, con otra nueva pregunta:

- ¿Y qué podemos hacer?.

Y, ante mi silencio por no saber contestarle, añadiría después a sus palabras:

- Si encerrásemos a todos los delincuentes, no habría cárceles ni para la cuarta parte de ellos.

Yo, sabedor de que la cárcel es mala escuela y no soluciona ningún problema personal, le cuestionaría lo siguiente: ¿Por qué no internan a A.O.P. en un Centro Correccional? También me entretendré en predecir su respuesta:

- ¡Imposible!, es mayor de edad, tiene 25 años.

Con todo mi cariño hacia A.O.P., a quien no conozco y no sé si considerar delincuente o víctima, pienso que algo falla. No se quiera contentarme con una respuesta fácil achacando las causas a problemas de droga. También la droga forma parte del total de nuestro fallo. Pero, error hay, eso está muy claro, ¿dónde está? ¿En la familia?, ¿en la educación?, ¿en la permisividad?, ¿en el Estado?, ¿en el Gobierno?, ¿en las leyes?, ¿en el sistema?, ¿en la sociedad entera?.

Es evidente que el tratamiento a la juventud necesita de un cambio. ¿Por qué no tratamos de hacer un mundo más humano, donde también tenga cabida A.O.P., y muchas otras personas marginadas como él, sin tener que robar panaderías, ni mucho menos acudir a la droga? Actualmente, se educa para trabajar y para competir, no para el amor, ni para la convivencia ni para la solidaridad.

Pienso que la solución solamente es cuestión de amor. ¡Ah!, eso sólo lo puede dar la familia. ¡Que nadie lo espere del Estado por mucho bienestar, mal substituto del valor felicidad, que ofrezca! El Estado debe apoyar a la familia en lugar de dedicarse a destruirla. Porque... mal que les pese a algunos, la realidad es como antes se enseñaba: "La familia es la célula de la sociedad".

P. D.: En relación con lo dicho anteriormente de que la policía mete a los delincuentes por una puerta y les saca por la otra y del escepticismo del perjudicado a la hora de interponer denuncia, en Diario de Burgos, martes 17/1/95, encontré la siguiente noticia: "MIRANDA- Agentes de la Policía Local de Miranda de Ebro han identificado a tres jóvenes que responden a las iniciales J.G.CH., I.G.J. y F.M.P. por insultos y amenazas a un grupo de jóvenes". Después de realizar las oportunas diligencias en las dependencias policiales, los agresores quedaron en libertad. Horas después, la Policía Local volvió a identificarles por agredir a otras personas que no quisieron interponer la correspondiente denuncia". No hay duda, ¡les meten por una puerta y les sacan por la otra!.



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