Negros nubarrones en el horizonte.



Por Miguel-A. Cibrián, paciente de Ataxia de Friedreich.

Sumario: 106- Falsos caminos. 107- Los Jackson. 108- La sequía se la sabana. 109- O. Henry. 110- ¿Alguien puede explicarlo?.



106- FALSOS CAMINOS

Escribo estas páginas a cuento de un debate sobre el futuro proyecto de ley del aborto celebrado en el programa de TVE "Entre los unos y los otros" el día 4 de julio de 1994. Una prueba de la manipulación a la que se puede someter el tema del aborto se vio cuando, inclinando la balanza, hablaron del resultado de las encuestas. Lo cual no deja de ser una torpe y descarada maniobra. Porque, el resultado de la encuesta depende del tipo de la pregunta. Y eso se vio en directo:

Para una señora, partidaria del aborto, la pregunta no debía de ser aborto si o aborto no, sino: "¿Es usted partidario de condenar a quien aborta como culpable?". A esa posición, contestó otra señora, no partidaria, dando un giro de 180 grados a la naturaleza de la pregunta: "¿Es usted partidario de la protección y defensa de la vida?". Como no soy partidario del aborto, a la interrogación, de la segunda participante en el debate contestaré con un sí rotundo. Ahora voy a dar contestación a la primera:

- Mire, señora, yo en esta misma colección de escritos hasta comprendo al mismísimo Roldán. Ha sido tentado por el dinero y corrompido por el poder. Y suponiendo, como supongo, que no cree en la inmortalidad del alma, es comprensible lo sucedido. Tampoco condeno al drogadicto, ni siquiera al violador, ni al delincuente, porque existen unas circunstancias distintas para cada persona que inciden en su proceder. Y, posiblemente, tenemos tanta, o más, culpa que el ejecutor quienes hemos incidido negativamente en esa conducta (puede entenderse sociedad). Por supuesto, no voy a condenar a ninguna mujer por abortar, pues ella tiene sus circunstancias personales diferentes a las mías y a las suyas, y, tal vez, encima estén creadas por nosotros (sociedad). Pero, una cosa es intentar allanar los caminos y otra cosa es suprimirlos. Una cosa es ayudar a vivir y otra cosa negar la vida al indefenso. Una cosa es ayudar con medidas favorables a la vida y otra, decir, mira tienes el aborto y es legal (y aunque sea mentira, se entiende: legal, por tanto, bueno). Una cosa es comprender al delincuente y otra, decirle: ¡bien hecho, así se hace!. Por ejemplo, nunca se podría solucionar la inseguridad ciudadana, legalizando el robo. Esa sería una medida completamente absurda. Tampoco se arreglaría el chanchullo político, legalizando la corrupción. Esa sería una ocurrencia de locos. Ustedes dicen que el aborto es libre y no obligan a nadie. Tampoco en mis hipotéticas legalizaciones de los ejemplos obligaría a nadie a robar o a ser corrupto. Cerrar los ojos no es solución a ningún problema. Si usted entra por el camino del egoísmo, no llegará a ninguna parte. Suprima a los no-nacidos, a los minusválidos, a los enfermos, a los ancianos, a los parados, a los mendigos, a los hambrientos, a todos cuantos le sean molestos, y vivirá tan ancha en este mundo como una reina, pero yo no creo que pueda ser feliz, ni siquiera creo que llegue muy lejos.

Ya nadie se atreve a discutir que la vida existe en el feto. Es una incongruencia total poder quitarla hasta los tres meses. ¿Y por qué no a los tres y medio? ¿Quién puede decir que hasta los tres meses no se es persona y se carece de derechos, y un día después ya sí se es y ya hay personalidad? Ellos mismos (los defensores del proyecto) se contradicen.

Y volviendo al debate, me llevé una sorpresa. Cuatrocientas veces (por decir un número) aludieron a los derechos de la mujer. Sólo en cuatro ocasiones (contadas) se acordaron de los derechos del no-nacido. Es imposible una personalización física de este último en el debate, pero no tenía allí ni un mal representante. Por si fuera poco, menos el presentador, los/las diez debatientes eran mujeres. No tengo nada contra ello, pero no hubo ni una sola alusión a la pareja o a los derechos de la pareja. Es una gilipollez decir que esa facultad de abortar sólo corresponde decidirla a la mujer. En todo caso, de llegar al aborto, debiera ser una resolución conjunta, mujer y hombre. Como conjunta debe ser la paternidad. ¡Como si ella sola fuera responsable y propietaria de cuanto lleva dentro! Cada día me parece más que soy un auténtico retrasado mental. ¡Yo creí que los hijos los hacían entre un hombre y una mujer!.

Recuerdo haber visto una película en mi juventud titulada "Las amazonas". Trataba de una tribu en exclusiva de mujeres. Allí, a quien nacía varón lo mataban. Pero para la conservación de la tribu necesitaban un mes al año de trato con unos ejércitos de varones. Resultaba una grosería de humor y sexo. Pero, para el dato, es válida la idea. Resulta que la hora de tener un hijo hacen falta él y ella. Si se quiere abortar, sólo cuenta la decisión de ella. Y si nace el hijo, vuelven a ser los dos responsables. Y, si el matrimonio se separa, los hijos se quedan con la mujer, pero el hombre ha de pagar una pensión, lo que indica que sí es responsable.

No me va a leer nadie, pero si lo hiciera alguna feminista confesa pondría el grito en el cielo por cuanto digo. Cálmese, señora. Para mí, el feminismo y el machismo son cuentos chinos. Yo creo que los hombres y mujeres somos distintos en la forma, ¡apañados estaríamos si no fuera así!, pero completamente iguales en cuanto a derechos.

Legalizar el aborto es una medida egoísta. Es contraria al amor de la maternidad. Lo normal es que se hubiera facilitado la adopción, fomentado las casas de acogida, e incrementado las ayudas a las embarazadas necesitadas. Pero no, no se siguen tales caminos, se opta por el atajo más corto, aunque el menos correcto, pues hay un perjudicado a quien se ignora prescindiendo sin más de él (entiéndase matándolo).

La verdad es que a mí el aborto me parece un insulto a la mujer. Hablan de derechos de la mujer, y el aborto es algo que va contra su propia identidad femenina. Tampoco me pilla de sorpresa que pasen estas cosas y se quiera sacar esta ley. Para muchos el amor es una cosa que se hace. Desde ahí se comprende. No me extraña que quieran deshacerlo. Lo curioso es que lo deshacen para hacerlo de nuevo. El amor es más grande, es un sentimiento. La clave para entender lo dicho está en la apreciación del amor. El aborto no debiera existir, al margen de ser, o no, lícito, va contra los fines naturales. ¿Acaso puede ser amor prescindir de un hijo? Claro, hay amor y amor. Por ejemplo, está bien clara la diferencia: hay quienes lo hacen, y hay quienes lo sienten.



107- LOS JACKSON

Sin tenerlo como ídolo, habría uno de ser completamente sordo y ciego, para no saber quién es Michael Jackson y , puestos en hilo de la fama, para no enterarse mínimamente de los supuestos escándalos sexuales del cantante norteamericano. La televisión actualmente se ha metido de lleno en el terreno pantanoso antes ocupado por la llamada prensa amarilla. Personalmente, no me encuentro entre los fans de tan prestigioso artista. No le veo la gracia. No recuerdo ni un solo sonido de sus canciones. Por supuesto, tampoco estoy muy enterado, ni me interesa enterarme, de los pormenores de sus presuntas perversiones sexuales. No voy a juzgar en estas líneas el comportamiento privado de la estrella de la canción porque no puedo y debo hacerlo. Sólo daría un apunte al respecto de esta figura y de cuantas figuras pueblan la cartelera de la fama: Los ídolos también se caen.

En una de sus últimas páginas, todo hay que decirlo, el Diario de Burgos del día 22 de diciembre de 1993, decía: "Contraprogramaciones: El que esté sin pecado...". Y añadía con letras mayores: "Latoya Jackson se verá las caras con Rafaella Carrá".

Al parecer esto del uso y abuso de las contraprogramaciones es un caso frecuente de lucha entre televisiones por la audiencia. La señorita Latoya, hermana del protagonista del presunto escándalo sexual, había venido a España a promocionar sus discos... y que mejor promoción que gravar sus declaraciones sobre el polémico tema sexual de su hermano para el programa "La máquina de la verdad" de la cadena privada Tele-5.

Nunca he visto este programa televisivo mencionado, pues desde aquí no se sintoniza con las cadenas privadas. Parece ser, y lo digo de oídas, que el programa revuelve toda la mierda habida y de por haber en España y en el mundo. Pues esta vez ha sido la televisión pública quien se ha adelantado para efectuar tan maloliente faena. Para ello incluso ha adelantado un día el programa de emisión de su basura. Yo nunca sé a qué día de la semana estamos. Ni mucho menos estoy pendiente de lo que habrá en pantalla. Al programa de Rafaella Carrá, según el periódico Diario de Burgos, le tocaba salir en antena el jueves, no el miércoles. Se trata de una maniobra para captar público televidente, con un juego poco noble, en detrimento de la otra cadena. Es lo que se llama o puede llamarse pisar la noticia.

La relación es así: cuanto mayor audiencia, mayor número de contratos publicitarios, o sea más ingresos: Y para ello, si hay que jugar sucio... se juega. Y si hay que revolver mierda... se revuelve. ¡Todo les vale!. El auténtico escándalo no es el comportamiento de Michael Jackson ni de ninguna otra persona por muy popular que sea. El escándalo es revolver esa conducta desde televisión y metérnoslo en casa a través de las pantallas.

Me he fijado, y, con mucho, la programación televisiva de su propia cadena es el producto más anunciado desde la caja tonta. A la hora de comer del mismo día 22, desde TVE-1 un spot publicitario decía: "Rafaella Carrá entrevista en exclusiva a Latoya Jackson". ¿A dónde hemos llegado?, pensé. Ahora también la tele pública entra al tapo de divulgar suciedad para buscar audiencia.

Me olvidé del tema del anuncio. No estaba entre las cosas de mi interés. Por la tarde, después de la siesta, me enrollé con el ordenador. En honor a la fecha prenavideña, estuve escribiendo sobre la lotería de Navidad y sus recuerdos. Llegó la noche, y yo seguía muy metido en mi rollo. Mi hermana optó por entretenerse viendo el televisor y lo encendió. Ni la aparición de la señora Carrá en la pantalla me recordó el asunto anunciado. Vino la cena, y hube de apagar el ordenador para cenar con los demás miembros de la familia. Al mismo tiempo que las patatas cocidas humeantes llegaron a la mesa, apareció en el programa televisivo la hermana Jackson.

Casi no sé lo que dijo. Alguna de sus expresiones sí cogí al vuelo. Varias circunstancias se aliaron para no entender. Tampoco me inquieté, ni apliqué el oído de una forma especial. Lo allí tratado, no estaba muy de acuerdo con las preferencias de mi interés. Soy duro de oído, y la protagonista hablaba en inglés. Para colmo, traducía las palabras la presentadora, Rafaela Carrá, de origen Italiano, con su acento extranjero. ¿No habrá aquí en España presentadoras de buen ver y mejor hablar? En las gradas del plató había un lío con unos manifestantes aparentes fans del cantante con pancartas (y digo aparentes porque veo un 99 por ciento de probabilidades de que formaran parte del montaje). Para mí resultaba más atractiva la protesta que el propio diálogo. A mis padres no les interesaba lo más mínimo el asunto y tenían sus propios comentarios. Y mi hermana, desentendiéndose del diálogo televisivo, se interesaba por descubrir si Latoya era blanca o negra.

- ¿No lo ves que lleva en su cara dos kilos de pintura? -le dije-. ¿No has visto antes e un pequeño reportaje a los cinco hermanos cantando juntos, y todos eran de raza negra?.

La sobrina me dio la razón.

Mi hermana, erre que erre, no se convenció de sus dudas hasta que no vio el color oscuro más propio de su piel en las manos de la señorita Jakson.

No me agrada el imperativo "¡cállate!" ante la televisión No me gusta cuando va destinado a mi persona. Por ello, cuido de imponérselo a los demás. Es como decirle a alguien, tú vales menos que el culebrón de turno. No entendí gran cosa de la entrevista. Tampoco me arrepiento. Entre lo poco entendido, me quedé, de una manera especial, con una frase de la hermana Jackson:

- Es mi hermano, y lo quiero. Por ello digo todo esto, para ayudarle.

"¡Caray con los amores de la hermanita Jakson!", pensé. Hace lo contrario de lo que haríamos todos con hermano en circunstancias parecidas. Intentaríamos arreglar el problema en privado, en familia. Si hiciera falta hasta hablaríamos con la verdad por delante hasta en presencia, si hiciera falta, de un Asistente Social, de un Psicólogo, o del Sr. Juez encargado del caso. Pero, pregunto yo, ¿hay alguien que publicaría por televisión los trapos sucios de un hermano de sangre?.

Por fin, concluyó la entrevista. Y la señorita Latoya se fue sin hacer siquiera lo suyo, lo propio de su profesión: deleitarnos o aburrirnos con una de sus canciones. Está muy claro que solamente vino a revolver mierda. ¿Cuánto cobró por la exclusiva? Eso quisiera saber yo. ¿Quién es el descerebrado que gasta el presupuesto público en estas memeces? ¿Será el pretendido escándalo un montaje de los Jackson para promocionar la venta de sus discos? No encuentro otra explicación para la extraña actuación de la hermana. ¿Los manifestantes del plató formaban parte de la función televisiva? De no ser así, es muy difícil que dejaran entra allí con pancartas a acérrimos fans de Jackson, porque podría haberse desencadenado una batalla campal. ¿Su griterío estaba orquestado? ¿Quién sale ganando de tan bochornoso espectáculo? Desde luego los espectadores no. La cadena televisiva incrementará el número de oyentes. El hecho producirá un aumento de los contratos publicitarios. ¿No es ésta la televisión publica financiada con dineros de todos los españoles? ¡Qué más da, si en España ya todo vale!. ¿Quién sale perdiendo por la emisión de tan denigrante basura? El sufrido espectador que se verá, sin darse cuenta, influenciado por conductas poco éticas.

Dice un filósofo, cuyo nombre ahora no recuerdo, una frase muy aludida cuando se reflexiona sobre la conducta del ser humano: "El hombre es lobo para el hombre". Si desde las televisiones no dejan de echarnos carroña, basura y sangre, van a tener que dejar en paz al noble "lupus canis" y cambiar la frase: "El hombre es vampiro para el hombre".

P.D.: La acusación de abusos homosexuales por parte de Michael Jakson en la persona de menores trajo cola, como la entrevista relatada. De pronto a golpe de talonario, el cantante indemnizó a la parte acusadora, y se suspendió el juicio. ¿Fue todo un montaje? No lo sabremos.



108- LA SEQUÍA DE LA SABANA

En la sabana tropical estaban preocupados porque no llovía. Las noticias de los tam-tanes de los nativos hablaban constantemente de agujeros en la capa de ozono y de cambios metereológicos. Nadie entendía nada de aquellos temas. Ni siquiera se hubieran preocupado solamente porque aquel año tardaran las lluvias en llegar, siempre había habido sequías. Lo grave era que la humedad, antes abundante, en los últimos tiempos era escasa, haciendo visible la transformación del clima.

En el bar (así llamaban a un remanso de la corriente fluvial donde se reunían para abrevar) los animales comentaban esta clase de problemas. Los hervíboros nunca se mezclaban con los carnívoros, pero cada cual en su grupo tenía sus propias opiniones sobre este comentario. El gran río perdía poco a poco su caudal.

- A este paso, dentro de poco, no encontraré suficiente agua para bañarme -se lamentaba un hipopótamo.

- Y yo, ¿qué voy a hacer con mi largo cuello? -se dolía una jirafa-. Los árboles se secan, y no sabéis bien lo incómodo que es para mí comer con la cabeza hacia abajo.

- Nosotros los antílopes, sí lo tenemos difícil -se quejaba una gacela-. Dice mi amiga la cebra que tendremos que emigrar a la selva. Y allí, con tanto árbol, la agilidad de mis patas, acostumbradas a moverse en espacios abiertos, no me servirá para defenderme de los carnívoros. Vosotros al menos hallaréis ríos caudalosos y árboles abundantes.

- Mal lo tendremos todos, sino llueve pronto -intervino la jirafa, a la vez que elevaba su mirada al cielo-. Pero, ¿por qué no preguntamos?

- ¿Preguntar? ¿A quién? ¡Si nadie sabe nada! -dijo el hipopótamo-. Se lo he preguntado a mi vecino el rinoceronte y dice que si él no puede parar una gota de lluvia, tampoco le es posible hacer que llueva.

- Mi amigo el elefante -comentó la jirafa- dice lo mismo más o menos: que nosotros no podemos hacer nada, eso es cosa de la deforestación, la contaminación y los aerosoles.

- ¿Aero quéeee? -preguntó el hipopótamo-. ¡Vaya palabras más difíciles utiliza tu amigo!

- Yo me refería -volvió a hablar la jirafa- a preguntar a algún adivino o algún brujo, pero no conozco a nadie.

- Yo sí -afirmó la gacela-, la noche, donde todo es oscuridad, silencio y misterio. Pero, no me atrevo.

- ¡No sé, no sé! -dudó en voz alta el hipopótamo-. Pero si es por falta de atrevimiento, aquí tenéis a un tipo valiente.

Cuando el sol cayó y se escondió tras el horizonte, se dirigieron a un lugar solitario para no despertar con sus gritos a los demás animales de la sabana. Caminaban el hipopótamo, la jirafa y la gacela, por este orden, por entre las hierbas resecas con sumo cuidado, porque la oscuridad era completa. De pronto, se detuvieron y, sin ver a la noche, el hipopótamo gritó la siguiente pregunta:

- Noche, ¿cómo ves el futuro?.

Y, como si de un eco se tratara, en vez de repetirse la pregunta, influenciados por el misterio de la noche, creyeron oír:

- Negro.

Al día siguiente, en el abrevadero, los tres amigos comentaban la contestación de la noche matizando la desconfianza en la respuesta.

- Con razón tenía mis dudas -expuso el hipopótamo-. ¡Qué tontería! ¿Cómo va a ver el futuro la noche? ¡Si con su oscuridad no puede verlo de otro color!.

- Tengo una idea -dijo la jirafa-. ¿Por qué no se lo preguntamos al rey?.

- ¿Qué rey? ¿El león? -preguntó la gacela temblando sólo de pensarlo-. ¡Conmigo no contéis!.

- ¡Ah, yo si que me atrevo! -se ofreció el hipopótamo.

Y se dirigieron al territorio del león, como la vez anterior, con el paquidermo a la cabeza. La gacela, cuando llegó a la presencia del rey que reposaba tendido en el suelo con otros cuatro miembros de su familia, tiritaba de miedo. Pero la hospitalidad del león fue, en todo momento, amable y respetuosa y su acogida exquisita. Les invitó a tenderse en el suelo. La jirafa necesitó casi una hectárea para recostar su cuello. De todas formas, estaba incómoda, porque sus orejas se alejaban, y tuvo que erguir de nuevo el cuello para poder escuchar la conversación.

- ¿Qué desean ustedes? -preguntó el rey con su voz bronca.

El hipopótamo le contó todos sus problemas y los de sus compañeros.

El león contestó que sus dificultades eran parecidas. Por ello, estuvieron dialogando largo rato. Hasta la gacela, perdió el miedo y pudo intervenir en la charla. El león replicó que su titulo de rey sólo era honorífico. También él, como todos los animales, tenía que sufrir los rigores del clima. No podía hacer nada por ellos. Pero... añadió:

- ¿Por qué no preguntáis al hombre? De buena gana os acompañaría, pero me temo que si me viesen correrían como locos.

Se decidieron a preguntar al hombre negro de corazón blanco y se dirigieron al poblado. El primer interlocutor a quien expusieron sus problemas, se encogió de hombros, y les indicó la choza del jefe.

La jirafa no podía entrar en la choza por la escasa altura del aposento. Como el jefe no quería salir, decidieron hacer un agujero en el techo. Pero, por que no estropearan el techo de su casa, salió fuera.

- ¿Qué desean?.

El hipopótamo le planteó la cuestión de la lluvia. Pero aún sin terminar la exposición le contestó.

- ¡Eso quisiera saber yo!, ¿por qué no llueve? Por tercer año consecutivo hemos perdido la cosecha. Le preguntaba al hechicero por las lluvias, y me contestaba: "Cuando pasen diez lunas... Cuando pasen veinte lunas... Cuando pasen treinta lunas". Hacía danzas, embrujos, hechizos, y nada. Lo he desterrado. Hasta que no llueva no podrá volver de nuevo al poblado.

La jirafa preguntó por la deforestación, la contaminación y los aerosoles.

- ¿Y eso qué es?.

Aquel jefe ignorante, no sabía nada de nada. Y llamó al operario del tam-tam. El encargado se encogió de hombros y sugirió preguntar al misionero blanco de sotana negra para que planteara la pregunta a su dios por la deforestación, la contaminación y los aerosoles.

El misionero replicó que su Dios no respondía a esa clase de preguntas. Les habló de amor y de egoísmo, y de que ellos eran los menos culpables del asunto. En la comitiva apenas entendieron, pero llegaron a una conclusión: Y poco a poco se extendió por toda la sábana que el culpable de la sequía era el egoísmo del hombre blanco de corazón negro.



109- O. HENRY

¡Sábado, día 6 de noviembre, año 1993.

Tal vez por el horario intempestivo del acontecimiento debiera decir domingo y añadir una unidad más a la fecha. Es la primera película con subtítulos en castellano que he visto íntegramente. ¿Por qué emitirán así? Está muy bien para sordos y como aprendizaje de idiomas. Sin embargo, el hecho de que sólo se haga con películas antiguas y de prestigio y la frecuencia de films subtitulados hace pensar que no se trata tanto de atender las necesidades de colectivos minoritarios, como de elogiar y respetar las virtudes artísticas del film original.

¡Qué ganas de estropear las cosas! Es una lata. Los ojos han de quitarse de contemplar imágenes para seguir las letras. Acaban cansados. Y al final, los caracteres de escritura, necesarios para quienes no conocemos el idioma original, aparecen borrosos ante nuestra vista y desaparecen antes de acabar la lectura. Así, la combinación imagen con sonido se rompe. Es decir, es un insulto al cine. Y, si se hiciera así por quienes son capaces de seguir la cinta en su idioma original, aquí en nuestro país, son un porcentaje insignificante. Y descarto que se trate de una atención a los sordos, porque entonces sería innecesaria la voz ya fuera original o de traducción.

Fue casualidad el hallazgo de la emisión deesa película, pero no del todo. Por la mañana hojeé la revista de programación televisiva, mejor dicho buscaba en ella un dibujo para reproducir, y hallé una joya. "Perro parado, no encuentra hueso", afirma un dicho. Aguardé pacientemente al inicio de su comienzo: la una y cuarto de la madrugada. Pero no me arrepiento de la espera. Mereció la pena. ¿Por qué darán el buen cine a horas intempestivas? La fabulosa película es en blanco y negro. Data de 1952. ¿Se habrán olvidado en la actualidad de cómo se hace cine?.

Se trata de un film atípico. No es corriente que el argumento conste de cinco relatos independientes entre sí. Tampoco lo es que una película tenga cinco directores distintos, uno por historia. Ni siquiera los actores se repiten en las diferentes historias. Daría a esta película todos los "oscars" habidos y por haber en Hollywood, pero no sé a quién apuntar el éxito. Anotaré un tanto a cuantos intervienen en la elaboración del film. Pero, sin duda, el más genial de todos los responsables del éxito de la película, sin suponer menosprecios para los demás, es el autor de los relatos. Tal vez su nombre sea desconocido, O. Henry.

La película se titula "Cuatro páginas de la vida".

El primer relato es "La policía y el himno". Muestra la historia de un vagabundo sin casa que quiere pasar el invierno al calor en la cárcel. Para conseguir su deseo, recurre a cometer distintas fechorías ante las narices de la policía. Sus intentos resultan infructuosos. Uno por uno van fracasando. Todo lo da por perdido. No halla la forma de ser encarcelado. Después de intentar distintas fechorías sin lograr sus propósitos, cansado, entra en una iglesia para rezar, y por casualidad, cuando no había cometido delito, un juez le condena a 90 días de prisión.

La primera secuencia de este relato es magnífica, todo un acierto de contenido aleccionador. El buen vagabundo, para cumplir su deseo de ingresar en la cárcel, arrebata a un viandante su paraguas. Mientras forcejean, le pide, honradamente, que avise a un policía cercano para así ser detenido. Por fin, el desconocido confiesa haber robado el paraguas esa misma mañana y prefiere dejárselo al vagabundo a complicarse la vida llamando al policía. ¿Pasará algo así en esta sociedad nuestra? Todos se insultan, y o se atreven a buscarse las cosquillas. ¿Por qué será? ¿Es ésta una cueva de ladrones?.

Este fenomenal episodio me ha recordado un pasaje de nuestra literatura picaresca. Lo cuenta en el "Lazarillo de Tormes" del suceso ante el escobajo de un racimo que compartió con el amo ciego, habiendo acordado comer las uvas de una en una y sin haber respetado el acuerdo.

La segunda historia de la película se titula "La llamada del Clarión". Este episodio trata de un policía que sigue la pista de un asesino. Se lleva una sorpresa desagradable al comprobar que el criminal es un antiguo excompañero a quien debe una suma dineraria. Cuando intenta arrestarlo, el delincuente le reclama la deuda. Y para apresarlo, ha de satisfacerle la cantidad adeudada con un préstamo a cuenta del importe de la recompensa ofrecida por entregarlo.

El tercer relato es precioso. Una maravilla. Se titula "La última hoja". Trata de un pintor fracasado que termina comiéndose por necesidad las frutas utilizadas como modelo. Una de sus dos vecinas está enferma de neumonía. La joven en su delirio asocia las 21 hojas de la parra del ventanal con sus 21 años, y piensa que cuando la tormenta del invierno derribe la última hoja, morirá. El médico asiste impotente ante la enfermedad:

- Cuando se tienen deseos de morir, la medicina no puede hacer nada -dice el médico.

El buen pintor, enterado de las circunstancias del asunto, pinta una hoja en la pared que significa la salvación para la joven, pues el viento hubiera derribado todas las hojas de la parra, no podrá derribar aquella de pintura. La misma noche de haber pintado la hoja, el pintor muere víctima de un accidente. Para todos fue un artista fracasado. Sólo su vecina, al contemplar la hoja pintada en la pared, supo reconocer que fue un gran pintor y mejor hombre.

La cuarta historia es "El rescate del jefe piel roja". Este relato difiere un poco de todos los demás. Es menos serio. Pero es como si su humor compensase las demás narraciones. Cuenta el secuestro de un niño travieso. Este pequeño hace la vida imposible a los secuestradores con sus juegos. Y, en vez de obtener un rescate, los secuestradores han de pagar un importe para quitarse al niño de encima.

Si buenos eran todos los cuentos, el último es el mejor. Siempre se queda lo perfecto para cerrar el telón. El quinto relato se titula "El regalo de los Reyes Magos". Es la historia de amor más bella que he oído en mi vida. No intentaré hacer elogios, pues me quedaría muy corto. Se trata de una pareja de esposos que bromean sobre sus regalos de Navidad:

Ella bromea diciendo que quiere una piel de foca. Él elogia el largo cabello de su esposa, y ella el bonito reloj de su marido. Hay un problema para hacer regalos: el dinero escasea en casa. El problema se soluciona así:

Ella vende su pelo para poder regalar una leontina (cadena de reloj de bolsillo) a su esposo. El vende su reloj para comprar dos peinetas como regalo para su mujer.

Ninguno de los dos podrá lucir el regalo de su amado. No importa, los regalos son maravillosos, porque están hechos con amor. El amor triunfa, siempre triunfa. La historia es preciosa y perfecta. "Es mejor dar que recibir", se puede leer en un subtítulo de esta última parte de la película. Esa frase es la traducción de un cartel navideño colocado en los decorados de rodaje. No es frecuente ver esta clase de amor auténtico en las pantallas del televisor. Se nos llenan de escenas de erotismo. Es la realidad, el mundo es así, nos dirán. ¿Qué realidad? El mundo está lleno de hombres y mujeres capaces de llegar al mayor sacrificio por la persona que aman. Y está repleto de padres y madres abnegados, expertos en sacrificarse por sus hijos. Y el sexo se queda para la intimidad. ¿Cuándo se enteraran algunos de que las relaciones íntimas sexuales son una bella manifestación del amor, pero no son el amor...?.



110- ¿ALGUIEN PUEDE EXPLICARLO?

10 de abril de 1996.

Familia -------

Permítanme presentarme: Me llamo Miguel. 41 años. Soltero. Una enfermedad progresiva llamada Ataxia de Friedreich me tiene en una silla de ruedas, apretado de salud y sin ninguna posibilidad de poder trabajar. Por tanto, tengo disponible todo el tiempo del mundo para escribir cartas. Y hoy me ha parecido buena la idea de comunicarme con ustedes. Me explicaré:

Con fecha jueves 28 de marzo, el periódico Diario de Burgos publicaba una carta con su firma titulada "¿Alguien puede explicarlo?". Era una carta muy breve, pero muy expresiva, muy en consonancia con el dicho de Baltasar Gracián: "Lo bueno si breve, dos veces bueno". Y, a la vez, era un escrito muy sentido, pues, al tocarles el tema de cerca, no era para menos. Pues bien, voy a aludir aquí a dicha carta, pero no puedo explicarles nada. Sin duda, ustedes hubieran preferido sobre la mía una contestación de autoridades políticas o judiciales. Perdonen, yo soy bastante escéptico acerca de la posibilidad de recibir esa clase de respuesta. Y creo que ustedes también son escépticos, pues han introducido el título de dicha carta de Diario de Burgos entre comillas.

Y como no tengo autoridad ni sabiduría para explicar nada, no lo intentaré. Bajo ningún concepto voy a meterme por el camino de explicar. Eso, debe de quedar bien claro. Simplemente, con mi gesto de tratar de contactar por escrito con ustedes, voy a intentar aportarles ese calor humano necesario en los momentos difíciles donde la sociedad, bastante insensible, suele fallar a la hora de dar. ¿Es una queja? Tal vez.

Se ha dado la curiosa circunstancia de que pocas fechas antes de la publicación de su carta en Diario de Burgos, yo enviaba a la redacción de una modesta revista comarcal (Regañón) un escrito, donde en tema de humor y salvando las distancias, trataba de algo parecido. El número de la revista y, por tanto el artículo, salió a la luz el Viernes Santo 5 de abril. Se lo envío en unas fotocopias grapadas a esta carta. Pero, por favor, no se lo mando como ninguna explicación, no lo interpreten así, porque yo no tengo autoridad para explicar. Tampoco puedo atreverme, sería una torpeza por mi parte, a dar explicaciones a su sentido caso con una fantochada mezcla de humor y de denuncia. Con mi carta y con el envío de mi artículo, únicamente pretendo solidarizarme con ustedes.

En mi carta jamás he pretendido ofender, sino todo lo contrario. En espera de que mi escrito sea tomado por un gesto solidario y deseándole lo mejor al miembro de su familia al que ustedes aluden en su carta de Diario de Burgos, les saluda atentamente...



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