¡SI FUERA DUEÑO DEL TIEMPO!
Por Bartolomé Poza Expósito,
paciente de Ataxia de Friedreich

Si fuera dueño del tiempo,
volvería a mi infancia, a ser niño,
a soñar galopando en un caballo lucero,
por el infinito de risueñas estrellas
en un fragmento de cielo, bendito de esplendor,
de mi añorada tierra.

Si fuera dueño del tiempo,
sería sosiego,
paz,
amor,
gozoso viento.
Sembraría la vida
de ternura eterna en la besana
con cálidos torbellinos de cariño,
y florecería un mundo nuevo,
de armonía y perfección.

Si fuera dueño del tiempo,
concedería milenarias vacaciones
a las aflicciones que acechan al ser humano,
creando un nuevo universo
liberado de dolencia,
donde la felicidad eterna,
fuera reina y señora.

Si fuera dueño del tiempo,
buscaría el paraíso terrenal perdido,
para no volverlo a perder...
si infierno ígneo lo ocultara,
lo rescataría…
aunque, en el empeño,
perdiera la vida.

Si fuera dueño del tiempo,
buscaría para el futuro,
un vivir de ilusiones,
bondades,
y caricias…
Amores perdidos
entre acrisoladas nubes
de sentimientos y anhelos.
En el alma,
a fuego vivo esculpido,
llevo mil sabores distintos.
La sed de lo infinito,
anidando en el espíritu,
avivando el aroma de los sentidos.

Si fuera dueño del tiempo,
no me engañarían las etapas cronológicas.
Viviría la vida con amor.
En el querer, no hay locura.
Quien a mí me enseñó a amar,
está en el cielo,
en el corazón,
en el recuerdo.
En el alma a mi madre llevo.

Si fuera dueño del tiempo,
dormiría entre azucenas y rosas,
quien nos dejó un día sin quererlo:
Mi hijo, Bartolomé.
Su cariño,
entre suspiros y súplicas,
se hace lamento amargo.
El alma, de pasión en la noche,
cubre su duelo tras el embozo.
Y el espíritu gime su ausencia.

Si fuera dueño del tiempo,
retornaría al inicio.
Nacería en el alma al alba,
como en clavel entre rocío y escarcha.
Volaría, cual golondrina,
donde pudiera existir en sueños...
que no son quimeras,
sino cálidos lugares del sur,
no olvidados por la vida.

Si fuera dueño del tiempo,
haría de mi reducto un mundo universal,
donde la felicidad albergara mi silencio.
Soy feliz soy en mi trono,
y apenas quepo.
¡Bella la vida…!
Todo se vuelve pasado...
sabiendo, que el pasado nunca vuelve...
y el futuro se convierte en historia.

Si fuera dueño del tiempo,
¡Pobre corazón loco!
¡Desventurado de ti!
¿Por qué penas cuando se acorta la vida?
¿De qué tienes miedo?
¡Si estás fuera del tiempo!.

¡Si fuera dueño del tiempo,
menesteroso soñador de lo imposible!
Sé qué eres neófito en estos menesteres.
¡A quién se le ocurre ser dueño de la nada!
Tu vida depende de ello
aunque estés de libros envuelto.
Todo cuanto lees y escribes es tu vida.
¿Pero hasta cuándo perdurarán tus sueños?.

¡Si fuera dueño del tiempo!
¿De qué te serviría?
¡Si ya no puedes con tu alma?.
Dime,
¿tan grande es tu anhelo por seguir viviendo?
¿No sabes que, en la vida,
todo tiene punto y final…
aunque seas dueño del tiempo,
del pasado,
del presente,
y del futuro?.

DEDICATORIA: Dedicado, con amor y gratitud, a mí esposa e hijo, Francisco... que sin ser "dueños del tiempo", sin darse cuenta, con su cariño y dedicación, por causa de mi enfermedad, me lo regalan.

Barcelona, marzo de 2007.

Bartolomé Poza Expósito.



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