DESEOS, SUEÑOS Y TEMORES.
Por Bartolome Poza Expósito,
paciente de Ataxia de Friedreich

¡Qué bella es la vida
con deseos, sueños y temores!
El silencio se impone por ley divina.
Vivir mata con mirada de ángel y cara de niña traviesa.
En la vida, con original belleza,
brilla la ventura en pedestal de fulgores peregrinos.

Réquiem por un bellísimo recuerdo,
hijo de uno mismo en la evocación:
Sensible, por convicción en esta vida,
las pupilas, azules como el cielo,
se reflejan en sí mismas
un mundo de nostalgias,
dando vida, con el recuerdo,
a un ángel del cielo.

Más presto que el hálito de la existencia:
los pensamientos son enajenaciones
que mueven a risa y conmiseración,
porque el letargo cinético me confina.
Aunque sea un precepto endiosado,
debo, con bizarría,
ser humildemente sincero:

Rime o no,
sea prosa o verso,
poesía o sentimientos,
¡qué más da!
¡Llega la inspiración, cuando llega,
y a ella me debo prodigar!
El corazón se dilata y estremece
en su acompasado latir con...
deseos, sueños, y temores.

Sé que cuanto escribo,
puede, o no, gustar.
¿Quién sabe?
Depende de la sensibilidad del lector
sentir en su corazón,
armonía, ternura, lisonja, con...
deseos, sueños y temores.

Una debla se oye
en el crepúsculo de una tarde soñada,
latidos del corazón, gozosos:
son brumas que, en silencio,
impregna el recuerdo de una bella época
de afinidad añorada y no perdida.
En la vida resurgen con...
deseos, sueños y temores.

El alma estimula lejanos recuerdos.
La imaginación, desasida de la materia,
echa a volar la fantasía por espacios irreales
oyendo cantar una malagueña:
Eco en el aíre acuna con vibraciones
que el ánima lastiman con...
deseos, sueños y temores.

Mirando hacia atrás sin ira,
en el inconsciente,
vive una antigua melodía:
su letra incita a la ensoñación.
Amantes en la noche:
su perfil cubre con invisible opaco velo.
Un rayo de luna rasga la cóncava nube oscura:
todo se presta al delirio…

Amor fugaz salir no quiere
para que él no venga y ella pueda ir.
Tú vendrás con la pálida luz de la luna,
que, oculta en un eclipse total,
desaparece en la oscuridad del firmamento.
Son las doce de la noche
la hora de acontecer el evento…

Hora de brujas y encantamientos.
La vi dormir.
Cerré los ojos de vergüenza
al contemplar tanta belleza.
Parecía que, por cada ojo,
iban a salirse todas las estrellas del cielo.
Sólo son entelequias,
pasiones con...
deseos, sueños y temores.

Con decoro,
dejé de mirar hermosura tan divina,
creyendo lastimar a las estrellas.
En sus profundos y celestes ojos,
se veía un mundo de matices profundos,
diáfanos,
cristalinos,
entre los cuales la vida se pierde con...
deseos, sueños y temores.

Incansable,
cual Quijote enamorado de Dulcinea de la vida,
cabalgo en alado Rocinante
por deliciosos cielos de nubes vaporosas,
con las alforjas henchidas de vacilaciones,
ilusiones,
gozos,
fantasías,
anhelos:
¡Deseos, sueños y temores!.

Esbozan mis labios una imperceptible sonrisa.
Vedijas de seda acarician el rostro.
En alas del viento,
el alma goza de sus más íntimos secretos.
El corazón no cabe en el pecho de contento,
y se refugia en...
deseos, sueños y temores.

Una lejana nota del eco de un suspiro
se oye trémulo con el sonoro sonido
de una espingarda hiriendo el oído.
Reconocido por el sentimiento dormido,
salta cual gamo por el galgo perseguido por…
deseos, sueños y temores.

Se consume la apetencia insaciable de salud,
como claveles rojos en manos del jardinero...
es la enfermedad.
Entre nobles ópalos,
estrellas,
y luceros,
el corazón, con brillo de turquesa,
dulcifica sus latidos con...
deseos, sueños y temores.

Ser realista, es principio de sabiduría.
¡Qué sarcasmo!
Soy sensato, y sabio en dolencias.
La sapiencia me falla:
escribiendo soy un simple lacayo,
cuyo umbral no ha podido traspasar con...
deseos, sueños y temores.

¡Cuánta ventura quisiera reflejar
al escribir una cuartilla de papel,
que mis ojos puedan ver a diario,
dando sosiego al alma de quien lo padece,
y enmendar el entuerto
impuesto por la naturaleza!, con...
deseos, sueños y temores.

Mas no puede ser.
La complacencia desterré del alma,
y en ella anidó el desagrado.
Si mis versículos ayudan a alguien
a tener esperanza e ilusión,
mi epístola no habrá sido en vano, con...
deseos, sueños y temores.

Tal vez sea un deseo.
Fugitiva vitalidad,
serpeo en límpidas aguas de ensoñación:
sediento de divina diosa de la poesía,
que no entiendo,
envuelto me veo, día sí, día también,
en cáliz de aguamiel,
amor y dicha, con...
sueños, deseos y temores.

El sol se oculta...
la sombra baja por la falda de la colina.
La brisa gime, por la delicia del frescor,
entre los arbustos de la rivera del río
de aguas saltarinas, que corren
entre helechos frondosos.
Es deleitable con...
deseos, sueños y temores.

Me siento viento...
viento que del árbol despoja las hojas,
creando un collar de pétalos
de esperanza e íntimo goce,
nacer de la marchita broza,
¡bella vida!:
exhalar el último suspiro al declinar el día...
donde el gozo cobija...
deseos, sueños y temores.

Deseos y apetencias de conocer entes:
mi vida es un volcán de sentimientos
incapaces de caber en mi corazón
y poder deleitarse de lo que carezco.

Sueños que nacen en el alma
con la furia de un amor en celo,
hechos y escenas revividas:
ilusiones y deseos.
¡La realidad está fuera de mi alcance!
Temores al apreciar, día tras día,
el deterioro que estoy viviendo...
llevado con cierta rebeldía,
encadenado por el dolor y la invalidez,
pero llevando mi cruz con dignidad.

Barcelona, abril de 2007.

Bartolomé Poza Expósito.



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