¡HAZME DE LA NOCHE UN SUEÑO!.
Por Bartolome Poza Expósito,
paciente de Ataxia de Friedreich

- "¡Hazme de la noche un sueño!".
- "¿Quién solicita causa tan justa?".
- "¡El día!.
¿No te parece honesta razón?"
-contestó, con sabio sentir,
la sin par benefactora, preguntando.

- "¿Dime?
¿Cómo puedo hacer de la noche un sueño,
si no puedo verte?.
¡Siempre estoy pernoctando!.
Deberás de ser tú -contestó la noche-,
quien no turbe el sueño,
y de las tinieblas hagas claridad".

- "La noche soy".
-"Yo un sueño "que no sabe cuando es el día,
ni cuando las noches son,
sino por una avecilla
que me cantaba al albor.
Matómela"
la distancia del recuerdo.
- "¡Vaya, por Dios!".

- "No era una avecilla, ni canario,
ni jilguero, ni ruiseñor! -contestó la noche-.
Eran gorriones, ¡muchos gorriones!,
haciendo de la noche un sueño,
y el sueño se hizo eterno".

Soñó tantas veces como hubo lugar.
Los sueños comenzaron a temblar de gozo,
creyendo que nunca iban a terminar.
La noche se hizo hermosa,
como Zeus, Ártemis, y Afrodita.

Ya estoy saturada de sentir la gran ceguera,
que es el dolor de la oscuridad.
La suavidad fecunda, eterna piedad, conceda gracia:
¡redímeme el daño!.

Pasaron, con premura, mil recuerdos,
ensoñaciones mil.
Él era un tornado de energía primaveral,
de verde hermosura,
como mis sueños:
Todos vagan en un reducto continuo,
sabiendo decirle lo que quiere oír.
¡Mas, pobre de él!
¿Quién podrá sanarle del mal que adolece?
¡Sólo tú, querido sueño!
¡Haz de la noche un sueño,
y apaga la sinrazón que siente!.

- "¿No ves que la noche muere,
como cada "Quisque"?,
-contestó el día-.
¡No te Fastidia!".

Sosegada la noche del enfado,
en el otero se divisa la aurora,
con sus nubes rosadas,
y estrellas acrisoladas.

EL sueño, con intuición,
siente la zozobra del recuerdo.
¡Qué delicia la belleza de una noche de ensueño!
Noche llena de matices,
perfumes a mirabeles,
murmullo al despertar,
de música de alas,
tan queridas como las estrellas.

Queridos y no olvidados gorrioncillos,
en aquella frondosa higuera,
alegrando el alba,
se solazaban con su anárquico piar
poniendo música a la mañana,
despertando este bello recuerdo.

Barcelona, mayo del 2007.

Bartolomé Poza Expósito.



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